En África más de 300 millones de personas viven con menos de 1 euro al día, en condiciones precarias y desprovistas de servicios tan fundamentales como la salud y la educación, peor aún, sin el alimento necesario y sin el agua que en otros lugares del mundo se desperdicia.
La riqueza vegetal y mineral de su territorio no libera al llamado continente negro de ser el más pobre del mundo.
Irónicamente y pese a que las condiciones de vida sean difíciles o diferentes a lo que se está acostumbrado, África es un imán que atrae con fuerza.
Varios extranjeros: expatriados o solo viajeros, han experimentado esa sensación de querer regresar una y otra vez. Se ven envueltos por la nostalgia y el irreprimible deseo de revivir la experiencia.
Es un fenómeno real y tan común que se le denomina «el mal de África», ha sido tema de algún libro y se ha tratado de reflejar en el mundo del séptimo arte.
Pero… ¿Que tiene África?, se preguntan los que no han estado allí, sin lograr empatizar con la idea de la gente que a pesar de la distancia física no aleja aquel lugar de la mente.
Los que fueron y volvieron, saben que las palabras no son útiles a la hora de definirlo…
Se podría comparar con el primer amor o el primer beso, que nunca se olvida, igual si después vienen muchos más.
Se podría hablar de la calidez humana y de esa sonrisa a prueba de todo, que contagia y nunca se borra de la mirada.
A lo mejor se podría decir que en ese continente la sencillez es en color y que la humildad es su más preciada joya, la humildad de aquel que lo da todo sin preguntarse que tendrá para comer el día de después.
De repente se podría hablar de la pureza del paisaje, que aunque contaminado por la basura que no encuentra otro lugar, sigue siendo limpio y natural.
O simplemente podría ser que los extranjeros que pasaron por África, se mal acostumbraron: a dejar de ser anónimos, a recibir un saludo por donde van, a ser abordados por un desconocido con una simpática charla, a no versen nunca solos ante un problema, a recibir muestras de solidaridad y ayuda sin solicitarla.
Se dice que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita… Quizás esa sea la clave: que en África la gente aprende que se puede vivir con nada y tenerlo todo.
¿Y tú, ya has experimentado el mal de África?
Quizá la magia de África, y decirlo así, en general, dado que es un continente tan grande y variado, siempre nos parece un poco injusto, es que despierta la parte más esencial de cada uno de nosotros, sobre todo en quienes crecimos leyenda aventuras y viajes, descubrimientos y paisajes que, todavía hoy, siguen pareciendo vírgenes y puros. Y en eso mucho tiene que ver la sonrisa que mencionas en el artículo
Gracias por visitar mi Viajar desde Viajes de Primera. Y si, África nos despierta grandes sensaciones incluso desde la niñez. Saludos
yo allça vpy este Julio… Kenyaa, Tanzaniaa! yuuu qué ganas! atrae pero también me da un poco de miedo, demasiado salvaje, demasiado other rules, african way… no se, vamos a ver
Que suerte de ir en julio a Kenya y Tanzania!. Ya nos contaras a tu regreso que tal la experiencia, aunque estoy segura que va a ser super positiva! Saludos
Seria un sueño poner los pies en esa tierra!! Un lugar maravilloso, que el mundo olvida.
Gracias por tu comentario Fede. Mejor no puede haberse dicho: Es un sueño pisar África! Saludos
Un lugar a donde quiero ir además porque si tiene tantos problemas, el turismo será de gran ayuda para ellos, un turismo sano que busque su desarrollo como comunidad
Hola Jorge y gracias por tu comentario. Vale la pena ir a África! ojalá puedas ir pronto. Tienes razón, el turismo siempre es una gran fuente de ayuda para la economía y desarrollo de un lugar. Saludos