Embarcarse en un viaje tiene diferentes matices, en especial cuando el viaje representa más que un desplazamiento físico, cuando además de embarcarnos hacia un nuevo rumbo, le estamos dando un nuevo rumbo a nuestra vida, emprendiendo uno de esos viajes impulsados por el amor como motor.
Dar el «si, quiero» tiene un enorme significado… pero, ¿qué pasa cuando además ese «si, quiero» trae implícito el alejarse de su cultura, seres queridos y de todo aquello a lo que se está acostumbrado? ¿qué pasa cuando nos comprometemos a vivir de ahora en adelante bajo nuevas costumbres y dar un giro de 180 grados a nuestras vidas?.
Puede pasar que aprendamos más de nosotros mismos y del mundo, que la experiencia nos enseñe que por amor se pueden vencer muchos obstáculos, puede pasar que nuestra familia ahora se encuentre en dos extremos del mundo y que ya no pertenezcamos a un solo lugar. Así nos lo cuentan estas parejas conformadas por latinos que han dejado su tierra y nos demuestran que para el amor no existen fronteras.
Conociéndose y empezando una relación
Claire y Camilo
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Claire es de Nueva Zelanda y Camilo de Chile, se conocieron en 2009 y hoy viven juntos en el país de Claire
- Se conocieron en Chile, en 2009, por una amiga de Camilo que abrió las puertas de su casa a Claire cuando ella llegó para realizar un intercambio universitario. A la semana de su llegada, se «vieron» por primera vez en un karaoke, o para ser más exactos, Camilo vió a Claire, porque ella ni lo volteó a mirar. Pero los dulces y las flores hicieron lo suyo y tiempo después nació entre ellos una bonita relación.
- Luego de que Claire terminara sus estudios en Chile, estuvieron año y medio separados, hasta que ella encontró nuevamente la oportunidad de volver bajo otro intercambio, buscó un trabajo y espero a que Camilo terminara la universidad para que estuvieran juntos, esta vez en su país. Ya han pasado 10 meses desde que se han instalado en Nueva Zelanda, y ahora tienen la compañía de Martín, un pequeño chihuahua.
Andrea y Brendon
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Andrea es de Colombia y Brendon de Estados Unidos, luego de varios viajes se han instalado en Seúl, Corea
- Se conocieron en Bogotá en una doble cita a ciegas, enfrentando como primera barrera la diferencia idiomatica, pero encontraron en su iPod touch el aliado perfecto para comunicarse, claro hasta que a Brendon se lo robaron en el transmilenio. Como lo comenta Andrea: «el mejor incentivo para aprender un idioma es tener una pareja extranjera que no hable tu idioma».
- El idioma no fue el único obstáculo para estar juntos, al termino de su visado, Brendon tenía que abandonar Colombia y Andrea debía permanecer allí para continuar sus estudios, prácticas empresariales y escribir una tesis. Pero como dicen por ahí: cuando se quiere se puede, y casi al final de sus estudios, Andrea encontró un trabajo por Internet que le permitió romper con la distancia que la separaba de Brendon, alcanzándolo en Alemania para viajar juntos. Desde ese primer encuentro en Colombia, han pasado 6 años, Andrea ha mejorado su inglés y hoy viven juntos en Seúl Corea.
Grace y Aleks
Todo comenzó en Toronto, Canadá, se vieron por primera vez en una salida en grupo que organizaron las compañeras de apartamento de Aleks. Pasadas unas horas y unas cuantas cervezas, Grace cambió el concepto de Aleks, según sus propias palabras de «un poco sangron» a «buena onda». Los intentos posteriores por salir juntos fueron frustrados, Aleks se fue del país y Grace regresó a México.
Un tiempo después, Aleks se instaló en Dubai y desde allí comenzó a escribirse a diario con Grace, hasta que cumplido un año del primer encuentro decidió ir a México para verla. Después era el turno de Grace de devolverle la visita, pero se interponía el alto costo del billete de avión y la falta de un visado, y como en toda historia de amor, apareció en el camino un «celestino», que le cedió su descuento de trabajador de la aerolínea: Emirates, para que ella pudiera pagarlo, superada esta prueba y obtenido el visado, Grace y Aleks se reencontraron y pasaron un tiempo juntos entre Bulgaria y Dubai. Hoy tienen una sólida relación y viven en Emiratos Árabes.
Gabriela y Digvijay
Su relación nació en las redes sociales. Gabriela recuerda perfectamente que fue un 6 de noviembre de 2012 y que aceptó la solicitud de amistad de Digvijay, después de confundirlo en una foto con un amigo de él y de pensar que esa persona al otro lado de la pantalla también era de México. Al darse cuenta de que ese nuevo amigo vivía al otro extremo del mundo, el interés creció, más aún cuando descubrió al verdadero Digvijay en fotos, mucho más atractivo de lo que ella imaginaba, pues tenía una idea errada sobre los hombres de India.
Ayudados de un traductor la comunicación se volvió frecuente, hasta que finalmente el primer encuentro se hizo posible gracias a la generosidad del padre de Digvijay, quien le regalo un tiquete aéreo a Gabriela para que ella viajara a su país, tras un intento fallido de Digvijay por obtener el visado mexicano para poder visitarla. De eso ya ha pasado algún tiempo y hoy esta feliz pareja vive en Nueva Delhi.
Alejándose de la familia y de los amigos
Una de las situaciones más difíciles de enfrentar cuando tenemos una pareja de otra nacionalidad, es que en determinado momento uno de los dos tiene que despedirse de su país, de su familia y de sus amigos.
Y aunque su gente, es lo que más añoran estas parejas, hay otras pequeñas cosas de su cotidianidad que también han quedado lejos y que extrañan, como la comida mexicana en el caso de Gabriela y Grace, o compartir ciertos acontecimientos importantes como cumpleaños, grados o matrimonios en el caso de Andrea.
Descubriendo la cara amable de vivir en el extranjero
Por otra parte, expatriarse con su pareja, también nos obliga a comparar y reconocer la gran experiencia que nos aporta vivir en el extranjero. Y de alguna manera la balanza comienza a equilibrarse, porque si de un lado representa un sacrificio por todo lo que dejamos atrás, del otro aprendemos a valorar las bondades de nuestro nuevo hogar:
«De Nueva Zelanda me gusta su tranquilidad, la cordialidad de todo, que no andan corriendo todo el día, lo familiar que son las personas, la seguridad de caminar en la calle sin preocuparte de los demás». Camilo
«Ahora que estamos viviendo en Corea, me doy cuenta que este país tiene aspectos que Colombia podría mejorar: el transporte público de Seúl es uno de los más eficientes y te lleva a todas partes por tan solo US$1.25; el Internet es el más rápido del mundo, y es uno de los países más seguros». Andrea
«Dubai nos ofrece seguridad en todos los sentidos, excelente calidad de vida, la oportunidad de conocer gente de todas partes del mundo, ganar experiencia profesional en una de las ciudades más cosmopolitas, hablar en un idioma que no es mi lengua materna, y el hecho de que es casi imposible caer en tu zona de confort, pues vivir en Dubai automáticamente te hace una persona que lucha por salir adelante, por conseguir un buen trabajo y por mejorar cada día». Grace
Aprendiendo cada día algo nuevo de ambas culturas
«No hay un solo día en el que no se aprenda algo de ambas culturas» afirma Grace, y su reflexión es totalmente cierta, pues cuando la diferencia cultural es tan grande como es su caso o el de las demás parejas, es inevitable que el día a día se convierta en un continuo intercambio: por ejemplo Claire ahora ha adoptado la costumbre chilena de organizar reuniones alrededor de una parrilla y disfruta preparando asados.
Conociendo otras tradiciones
La riqueza cultural que se adquiere al compartir su vida con alguien de otra nación es uno de los aspectos más interesantes de tener una pareja extranjera. Son tantas las tradiciones y costumbres que sorprenden cada día, que no queda espacio para la monotonía. Algunas de las tradiciones que Grace, Gabriela y Andrea, aprecian del país de sus esposos, son éstas:
India: «El Rakhi es una de mis tradiciones favoritas, la hermana le ata al hermano una pulsera, y este promete cuidarla para siempre y protegerla de todo mal. Creo que es maravilloso que exista una celebración que una a las familias para hacerse promesas y que haya unión tan fuerte entre hermanos». Gabriela
Bulgaria: «Cuando es año nuevo, en los primeros minutos del 1 de enero, se baila el tradicional HORO.
Otra costumbre búlgara en las bodas, consiste en que la madre del novio prepara un pan especial. Los recién casados se ponen espalda con espalda, los brazos levantados y ambos sostienen el pan, a la cuenta de tres lo tienen que partir y el que obtenga el pedazo más grande es el que llevará las riendas de la nueva familia». Grace
Estados Unidos: «Recién casados nos fuimos a vivir a Denver. Allí, conocí la cultura cervecera de la capital de Colorado. No me refiero a la cultura de tomar, festejar y emborrachar ¡no!; a la cultura que me refiero es al placer de degustar los sabores, aprender el proceso cervecero, hacer un tour por las mini cervecerías y compartir una tarde con los amigos degustando y debatiendo cuál cerveza tiene el mejor carácter y textura». Andrea
Aceptando los grandes cambios que trae tener una pareja extranjera
Si el matrimonio como tal trae grandes cambios, ni que decir cuando se compone por personas de diferente origen geográfico. Veamos lo que opinan nuestros entrevistados al respecto:
«Ir a vivir a otro país implica mucha tolerancia a la frustración, sacrificio, energía y sobre todo, mucho amor para dejar a toda una familia atrás por tus sueños». Camilo
«Desde que conocí a mi esposo mi pasión por conocer otras culturas se incrementó. Me di cuenta que lo que más vale de otros lugares es su gente, sus costumbres y su lenguaje. Viajar y vivir en el exterior es una de las pasiones que compartimos». Andrea
«Mi vida ha dado un giro completo ya que India es muy diferente a México en cuanto a lengua, religión y tradiciones.
Día a día se aprende algo nuevo, India me ha hecho madurar un poco más y valorar mis raíces, ya que aquí se ven cosas duras, cosas que no veía en México. Siempre he dicho que no hay nadie mejor para darte de una opinión de algún lugar, que tú mismo. Hay que salir, viajar y aprender«. Gabriela
Pero sobretodo, confirmando que antes de expatriarse por amor, hay que asegurarse de que sea con la persona adecuada
Como todo en la vida, expatriarse por amor tiene sus mas y sus menos, no cabe duda que es una gran decisión. Lo más importante como lo han expresado Camilo, Andrea, Grace y Gabriela es estar seguros, ya que hay muchas cosas en juego. Estos serían los consejos que ellos le darían a alguien que estuviera a punto de dar ese gran paso:
En el momento que Claire volvió a Chile supe que esto era para siempre y que al menos, había que intentarlo. Si tiene dudas de su relación, simple, no se vaya. Si confía en que juntos pueden lograr mil cosas, sea en el país que sea, expatriese. Camilo
Antes de expatriarte por amor, asegúrate de que sea la persona adecuada. Claro, no hay forma de saberlo con plena certeza, pero viajando conocerás las distintas facetas de aquella persona. Viajar es un proceso que puede ser estresante y frustrante, y si llegas de aquel viaje aún más enamorada, entonces puede que hayas encontrado tu «media naranja». Andrea
Sí estas seguro/a que es la persona con la que quieres pasar toda tu vida, hazlo!
Asegúrate de todo lo que puedes hacer en ese país en cuestión de trabajo, también investiga acerca de la cultura, medios de transporte, tradiciones, religión, y lo más importante, nunca dejes de tener un plan B, es decir saber el coste real de vivir en ese país, pues si algo llegase a pasar, debes tener los medios económicos para poder solventar el gasto. Grace
Estén 100% seguros del paso que van a dar, ya que no hay marcha atrás, deben estar conscientes de que van a enfrentarse a un lugar diferente y que los que debemos adaptarnos somos nosotros al país y no el país a nosotros. Es un gran sacrificio pero si en verdad amas a tu pareja, vale la pena. Gabriela
Como hemos visto expatriarse por amor es toda una aventura, una linda aventura cuando se va de la mano de la persona correcta, y a pesar de los muchos obstáculos que puedan existir nunca serán suficientes para separar a dos personas que actúan inspiradas por un sentimiento tan grande. Al fin y al cabo las mejores cosas siempre cuestan un poco más.
Por último, si quieres tener mayor información sobre este tema, Andrea en su blog «A colombian abroad», te cuenta más de su experiencia.
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Por amor!!!! YO TAMBIÉN QUIERO ESPATRIARME. Soy de Colombia y ella de España, nos conocimos porque yo le mande la invitación por Facebook y nunca nos hemos visto frente a frente. Nuestros principales inconvenientes es que no he terminado mi carrera, me faltan 2 semestres, y ella tampoco, además de que el pasaje en avión cuesta muchísimo, he intentado encontrar trabajo el algo pero nada me sale, he intentado hacer comidas y vender y nada. Ya está decidido, quiero casarme con ella, pero CÓMO ME VOY A ESPAÑA?. si alguien se puede contactar conmigo o darme un contacto o algo se lo agradecería con toda el alma.
Que se vaya ella a Colombia y cásense allí. Luego van a España, y a usted le dejan entrar con tarjeta comunitaria, nada más llegar le toca empadronarse en el domicilio de su novia o de algún famliar de ella. Después, se registran el matrimonio en el ayuntamiento donde estén empadronados, y ya. No hay otra manera más rápida y barata. Lo digo por experiencia.
Nosotros somos una pareja que se a enamorado por una pagina tenemos 16 meses el es español y yo ecuatoriana el vino a los 13 meses nos conocimos nos gustamos muchísimos y nos casamos vivimos 15 días inolvidables nos amamos pero ahora no vemos la manera de poder estar juntos el llevo todo para inscribir nuestro matrimonio hay en España pero eso tarda mucho quiero saber cómo hacemos para poder irme con él por favor
Me gustaría invitara a una amiga a España ella es de CUBA y le digo la verdad no se cambia no hacerlo me podéis ayudar gracias